Hoy se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, una festividad surgida entre finales del siglo XIX y principios del XX que hace referencia al trabajador asociado a una realidad sindical y con un convenio colectivo. El 1 de Mayo es un día para recordar los derechos y las libertades que se ganaron los trabajadores… y que a día de hoy se están perdiendo. Pero no quiero hablar hoy de esto, todos los años los periódicos del país tratan este tema. No, hoy he venido a dar respuesta a una pregunta: ¿se celebraba algo el 1 de Mayo antes de que las revoluciones socialistas, comunistas y anarquistas, entre otras, tuviesen lugar? Pues sí, y no tenía nada que ver con el trabajo. El hecho de que el Día Internacional del Trabajador sea el 1 de Mayo es un recordatorio a los llamados "Mártires de Chicago", unos sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas que tuvo su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886. He aquí el por qué. Sin embargo, como digo, aparte de la lucha por los derechos y libertades de los trabajadores; el 1 de mayo tenía un sentido muy especial para los pueblos de la Antigüedad. Y de eso vamos a hablar.
Es muy probable que te suene la Festividad de los Mayos, también conocida como Los Mayos o simplemente como Fiestas de Mayo. Es una fiesta popular de orígenes ancestrales, una celebración primaveral que habitualmente en la Antigüedad se hacía coincidir con lo que sería el primer domingo de dicho mes según nuestro calendario. Esta fiesta tenía importantes connotaciones totémicas con la divinidad primaveral correspondiente o con alguna deidad de la fertilidad. Uno podría pensar que estos rituales de la naturaleza se han ido perdiendo con el paso de los siglos y, sin embargo, por ejemplo en la Península Ibérica, esta Fiesta de los Mayos sigue celebrándose en casi todas las regiones (tanto en España como en Portugal); y se suele celebrar la noche del 30 de abril al 1 de mayo, sobre todo en poblaciones de ámbito rural. La maya o el mayo es un tronco o palo alto (que recibe el nombre de “Árbol de Mayo”) que se alza o se alzaba en algunas regiones de Europa en la plaza o lugar público durante el mes de mayo y donde concurrían los jóvenes a divertirse con bailes y festejos. Los chicos competían por trepar por el árbol hasta llegar a la parte superior donde debían coger una bandera, mientras que las chicas les animaban desde abajo bailando y cantando en torno al árbol. Esto se sigue celebrando a día de hoy en algunos lugares de Europa, y es un ritual absolutamente pagano. En primer lugar, todo gira en torno al mayo o maya, el árbol. Un elemento natural vinculado con la cultura celta, por lo tanto, sagrado. El árbol es quizá una referencia a Yggdrasil, el fresno perenne de la mitología nórdica que conecta los nueve mundos; o también quizá se refiera al Irminsul, el árbol-pilar universal de los sajones que fue destruido por Carlomagno durante la cristianización de las tribus celtas continentales.
El árbol es también una referencia a la llamada Scala Dei de Jacob (Génesis 28:11-19) y al Árbol de las Sefirot de la tradición cabalística judía. Sin embargo, también entronca con el culto a la diosa Asherah de los hebreos (la Astarté fenicia), representada por un árbol; y con el culto a dioses de la fertilidad como Atis, muertos y resucitados, donde el tronco del árbol que clava sus raíces en la tierra es el falo del dios penetrando en las entrañas de la diosa. La bandera o cintas que se colocan en lo alto del árbol de mayo es un objeto que simboliza la recompensa superior: la trascendencia e inmortalidad. Los chicos que suben por el tronco buscan trascender y alcanzar la divinidad y el conocimiento que corresponde por naturaleza a la diosa (recordemos cómo en el episodio de Génesis 3:6 es Eva quien facilita el fruto del conocimiento a Adán) en una especie de hierosgamos o matrimonio sagrado, mientras que las chicas/sacerdotisas entonan cantos y realizan danzas en torno al árbol sagrado. Será sólo con la unión de los principios masculino y femenino (es decir, cuando los chicos desciendan del árbol con la bandera y se unan a sus compañeras en el baile) que el ritual de trascendencia esté completo.
Grabado que muestra la colocación del Árbol de Mayo en La Hoz, provincia de Guadalajara
Erección (lo llaman literalmente así, lo cual es maravilloso) del Maibaum o Árbol de Mayo en Baviera
Esta relación del dios y la diosa a través de un árbol se nos aparece de forma cristalina en la mitología celta: el 1 de Mayo los antiguos pueblos europeos conmemoraban la unión sagrada de sus dioses Belenos y Belisana. De acuerdo a la etimología, Belenus significa "brillante" o "resplandeciente", y designaba al dios del Sol, la Luz y el Fuego (todo energías renovadoras). Conocido por los irlandeses, galos y astures y después adoptado por los romanos, su nombre pasaría a las novelas medievales. Las Baltené eran unas grandes fiestas irlandesas que se celebraban el 1 de mayo y que provenían del culto a esta divinidad. Un momento muy importante de estas fiestas era la unión física y espiritual de matrimonio sagrado de este dios con la diosa Belisana o Sirona, adorada tanto en la Galia como en Bretania. Se la relacionaba con los lagos, los ríos, el fuego, el trabajo manual y la luz. Como vemos, comparte ciertos atributos con Belenos, y eso es porque son las dos caras de la misma moneda. El Yin y el Yang, lo masculino y lo femenino. Uno no puede existir sin el otro. La festividad de Baltené o Beltane marcaba el comienzo de la temporada pastoral, de ahí la adoración a los elementos naturales: la tierra, el mar y el aire. Una de las principales actividades de esta festividad, asociada a esa unión de Belenos y Belisana, era encender hogueras en las montañas y colinas (lugares donde el cielo/dios y la tierra/diosa se encuentran).
En algunas regiones centroeuropeas se sigue celebrando Beltane, normalmente la noche del 30 de abril al 1 de mayo. Se encienden hogueras y hombres y mujeres se visten con lo que se consideran trajes rituales: los hombres aparecen caracterizados del dios Belenos, muchas veces en su forma cornuda (los dioses cornudos de la fertilidad son muy frecuentes en la mitología europea); mientras que las mujeres se pintan el cuerpo de verde y azul o se visten con trajes florales, imitando la fecundidad de la diosa Belisana. Sin embargo, no sólo los celtas celebraban estas fiestas. Primeramente las encontramos entre los fenicios y los griegos, como por ejemplo la fiesta Mayumea fenicia, que exaltaba la naturaleza. Fue después cuando estas costumbres fueron asimiladas por las culturas prerromanas, entre ellas la celta. Posteriormente también los romanos hicieron suyas estas fiestas, en su adoración y culto a multitud de dioses. También asimilaron la tradición mayumea para festejar la llegada de la primavera y de las primeras flores del año. Es importante recordar que todo territorio romano tenía, demás de los dioses oficiales, los autóctonos. En Hispania, por ejemplo, recibía mucha veneración la Bona Dea, la "buena diosa", llamada también Maya, Maia o Fauna; deidad de la fertilidad en la mitología romana. Esta tradición de canto a la fertilidad y a la unión sagrada del dios y de la diosa sufrió variaciones con la llegada del islam la Península Ibérica, como la manifestación y declaraciones de amor a la persona amada en forma de cantos o "rondas". A día de hoy, el cristianismo ha asimilado multitud de fiestas paganas, tal como hemos visto, aunque con variantes en algunos territorios. Por ejemplo, en algunos lugares el famoso tótem del Árbol de Mayo ha sido sustituido por la Cruz de Mayo. En otros lugares se identifica esta celebración con la introducción de la veneración de la Virgen María… que no deja de ser otra de las formas de Belisana. Al final, vemos que el 1 de Mayo se celebra la fertilidad general de la naturaleza y la unión sagrada entre el dios y la diosa, dos aspectos de la misma realidad. Una fecha de amor y concordia, de respeto por los seres humanos y por la naturaleza. Después de todo, estamos celebrando una boda divina.
Vemos por lo tanto que las Baltené o los Mayos refieren a una misma realidad: la anulación de la dualidad, el matrimonio sagrado entre Belenos y Belisana, entre lo masculino y lo femenino, entre el cielo y la tierra, entre el alma y el cuerpo. Una festividad tan potente que se ha reconocido a lo largo y ancho del mundo. Así lo demuestra un antiguo cuento persa, que empieza así:
"El Nevrux, esto es, el día primero del año, que es también el primero de la primavera, así llamado por excelencia, es una fiesta tan antigua y solemne en toda la extensión de Persia, desde los primeros tiempos de la idolatría, que la religión de nuestro profeta, tan pura como es en sí, y que tenemos por verdadera, aunque introducida, aún no ha conseguido abolirla pese a estar fundada en el paganismo y a que las creencias que se observan en ella son supersticiosas. Sin citar las grandes ciudades, no hay villa, aldea, arrabal ni cabaña donde no se celebre con extraordinarias funciones."
En Reino Unido esta fiesta era conocida como May Day, y las jóvenes solteras salían en procesión llevando ramas floridas antes del alba, cuando se iniciaban al son de la gaita las danzas de Mayo para después dirigirse al bosque sagrado donde se rendía culto al Maypole ("Vara de Mayo") y a su esposa Lady Flora, asistidos por su corte de hadas, niñas y leprechauns. En Francia se veneraba a la Reina de Mayo o Reina Maya, y las muchachas, vestidas de un blanco inmaculado, salían también de procesión portando guirnaldas de flores. En estos dos lugares la erección del Árbol de Mayo y la fiesta de las flores se debe a la unión de Céfiro, dios del viento del oeste, y Flora, diosa romana de la primavera, las flores y los jardines. Y en Italia encontramos que en las fiestas del 1 de mayo recibe mucha importancia el personaje mitológico llamado Calendimaggio, que reúne mucho de los atributos del dios Belenus, el Apolo romano; y en cuyas fiestas se canta Il Maggio, coplas de contenido mayoritariamente amoroso con una importante carga sexual. Como vemos, a lo largo y ancho de Europa donde se celebra el 1 de Mayo, todo gira en torno al mismo tema y se conmemora más o menos de la misma manera: se erige un poste-árbol (el falo de dios que penetra las entrañas de la diosa), se enciende un fuego normalmente en un lugar elevado (donde se une el cielo con la tierra), se decoran las ropas y los hogares con elementos florales y de vegetación diversa, visitando pozos (que siempre son sagrados, como el de la diosa Brigit) y se celebran banquetes donde reina la poesía, la música, el amor y la abundancia.
"Flora y Céfiro", de William-Adolphe Bouguereau (1875). Museo de Bellas Artes de Mulhouse, Francia
Quisiera, para terminar este artículo sobre el 1 de Mayo como la gran fiesta del hierosgamos en Europa, hablar sobre el primer matrimonio sagrado de la tradición bíblica: el de Adán y Eva. La iconografía cristiana utilizó la escena de la creación de Eva para hablar de la separación del cuerpo y el espíritu.La imagen de Eva surgiendo del costado de Adán posee un simbolismo muy interesante que va más allá del mero capricho de los autores bíblicos. Según se dice en el Génesis 2:21-23, Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán para crear a Eva. La expresión "sueño profundo" pertenece a San Jerónimo, que tradujo tardemá por sopores, aunque los dos términos no tienen exactamente el mismo significado. En hebreo, tardemá significa "letargo" o "hibernación", y a partir de ahí, "sueño profundo". En la Septuaginta (siglos III-II a.C.), la traducción al griego de los textos originales en hebreo y arameo del Tanaj, el término que se utilizó fue ekstasis, éxtasis. Adán, entonces, entró en un éxtasis o letargo en el cual su espíritu (anima) se separó de su cuerpo, y dicha operación se simbolizó con la creación de Eva. No hay que olvidar que en hebreo, Adam significa "hombre" en el sentido de "humanidad", ya que "varón" es ish. Lo mismo ocurre con el aner ("hombre, "varón") y antropos ("hombre", "ser humano") en griego. Y cuando Adán, ya despierto, contempló a Eva, exclamó: "Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne." (2:23). Los comentarios cabalísticos, sobre todo del rabí gerundense ben Nahman, Nahmánides (1194-1270); se centran sobre todo en la palabra "Esta", que en hebreo es zoth.
La misma palabra se utiliza para decir: "Y esta (zoth) es la bendición con la que Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de morir." (Deuteronomio 33:1); y también: "Esta (zoth) es la Torá..." (Levítico 7:37); o también cuando se dice: "¿Quién es esta (zoth) que sube del desierto, recostada sobre su amado?" (Cantar de los Cantares 8:5). Lo que quiere decir Nahmánides es que Eva es lo mismo que la Torá, que la bendición y que la esposa que aparece en el Cantar de los Cantares. Es la ayuda que necesita el ser humano para conocerse y reconocerse a sí mismo, es la "luz de la Naturaleza" que ilumina las tinieblas del hombre. El nacimiento de Eva equivale al agua que manó de la roca del desierto al ser hendida por la vara de Moisés (otro Árbol de Mayo que penetra en la materia y produce la fertilización) y también a la sangre y el agua que manaron del costado de Jesucristo en la crucifixión cuando fue hendido por la lanza del soldado. Los símbolos son los mismos: Eva es la daena de los sufís y la shejiná de los cabalistas, la presencia de lo divino en lo humano, el desnudo que en la sexualidad plantea el despertar espiritual como en el Cantar de los Cantares. Cuando el Púrusha de la tradición védica es sacrificado, lo primero que emana de él es precisamente el Virash, el principio creativo femenino, que va a permitir que cada individuo encuentre al Púrusha / Brahma en su interior. La gran diosa creadora mesopotámica Tiámat se une con el dios Apsu. La antigua diosa hebrea Eva, "madre de todos los vivientes", se separa y se reunifica a Adán. Eurínome, diosa griega pelasga, emerge desnuda de las aguas del Caos y comienza a bailar, seduciendo así al viento que, bajo la forma serpentina de Ofión, yace con ella: la diosa pondrá un huevo que dará origen al mundo. Las sesenta y cuatro formas básicas del I Ching están compuestas de diagramas que representan el cielo y la tierra en diversas combinaciones. La alquimia representa el fuego como un triángulo cuyo vértice señala hacia arriba, mientras que el agua es un triángulo cuyo vértice apunta hacia abajo: su unión configura un hexagrama o el Magen David judío. Hera se une a su hermano Zeus, y Juno a Júpiter. Cristo y la Iglesia se convierten en el amado y en la amada, y la mística cristiana habla de la unión del alma con Dios en un matrimonio místico y, a la vez, muy explícito. María se une en hierosgamos con el Espíritu Santo después de su enlace terrenal con José. Todos estos elementos están hablando del nacimiento de la dualidad. El hierosgamos supone la integración, el regreso a la unidad, algo que sólo se puede hacer a través del Amor, lo único capaz de conciliar todos los opuestos. Anna Roles escribe sobre Eros:
"Eros (...) es hijo del amor espiritual, de la Venus urania. Bocchi hace de Eros un vinculum, el verdadero dios de la philia. El agente de la modestia que regula lo progresivo, es decir, la medida y el equilibrio interior al que la tradición platónica da el nombre de geometría. (...) El vínculo amoroso hace que las divinidades superiores se vuelvan hacia sus hipóstasis inferiores que a su vez se convierten en las primeras."
El universo original, entendido como una unidad, se dividió en dos para dar origen a la creación, como si un papel se rompiera en dos partes: una representa a Belenus/Adán/Yang, la otra a Belisana/Eva/Yin, los dos principios que darán origen a todo lo creado. El simbolismo traslada la operación del papel a un nivel cósmico y trascendente que refleja el mismo proceso: UNIÓN, SEPARACIÓN, REUNIÓN. A partir de la primera separación, cuando Eva sale del cuerpo de Adán y son expulsados del Edén, comienza el camino hacia la reunión: las partes separadas son de la misma naturaleza, por lo que es inevitable que se busquen, y el Amor es el motor que los mueve. En la obra titulada Escalier des sages ou la philisophie des anciens, publicada en 1687, su autor, Barent Coenders van Helpen incluye un grabado en el que aparece una ninfa acostada a orillas de un río recibiendo los cálidos rayos de un sol que aparece entre las nubes. En la parte superior del grabado, Coenders escribe las letras de la palabra A.M.O.R., transformándola en un acrónimo de una frase en latín que desarrolla en la zona inferior del grabado: Author Mundi Omnipotens Rex, es decir, "El Rey Omnipotente Autor del Mundo". En la obra póstuma El Mensaje Reencontrado (1956), Louis Cattioux escribió: "El amor ha comenzado con la primera separación y reposará con la última reintegración en la identificación de la unión total" (5:45).
"Cada alma y cada espíritu - leemos en el Zohar - con anterioridad a su entrada a este mundo consiste en un ser masculino y femenino Unidos en un solo ser. Cuándo desciende a esta tierra, las dos partes se separan y animan dos cuerpos diferentes (...)". El nacimiento de Eva según Génesis 2:21-23, como ocurre en El Banquete de Platón, habla del misticismo del amor sexual. La experiencia última del amor es el entendimiento de que por encima de la ilusión de la dualidad está la identidad: cada uno es ambos. Por lo tanto, reconsideremos lo que estamos celebrando hoy, 1 de Mayo. Cuando el Árbol de Mayo se clava en el suelo o cuando el fuego se enciende en la mecha desnuda de una vela es la REUNIÓN de los elementos separados de misma naturaleza. Es el regreso a la unidad.
Me encantó el texto... el Hierosgamos, el matrimonio sagrado, la unión sagrada, es uno de los temas simbólicos que más me atraen. Gracias por ayudarme a comprenderlo mejor y a 'ver' nuevas conexiones.