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Foto del escritorCésar R. Espinel

Who were you, St. Patrick?

Ah, el Día de San Patricio. Seguramente al pensar en el santo os venga a la cabeza la cerveza verde, colgantes de cuentas que dicen "Bésame, soy irlandés" y un montón de gente celebrando lo irlandeses que se sienten y bebiendo cerveza en cantidades industrales. Porque San Patricio es un hombre que cae simpático, ¿verdad? .... PUES NO DEBERÍA. Y os diré por qué. ¿Cuánto sabéis de la vida de San Patricio y de los orígenes de su fiesta? Venid conmigo porque hoy me siento un poco hagiógrafo y también algo criticón. Pero es que este hombre me cae mal.

Saint Patrick (o San Patricio, como prefiráis) está considerado el santo patrón de Irlanda, pero en realidad nació en Banna Venta Berniae, un pequeño pueblo en la Inglaterra de la época de los romanos, en torno al año 300 d.C. Actualmente ese pueblo no existe, pero estaba situado en algún lugar de la región de Northamptonshire. En efecto, San Patricio no era irlandés. De hecho, su nombre tampoco era Patricio (Patrick), sino que se llamaba Maewyn Succat. Parece que fue él mismo el que decidió ser conocido como Patricio. De hecho, a lo largo de su vida le conocieron por varios nombres, como Magonus, Succetus y Cothirthiacus. Su padre, Calpurnius, era un diácono de la iglesia cristiana de los primeros tiempos, pero Patricio no era precisamente un creyente. Su encuentro con la fe y su conversión al cristianismo no llegaron hasta que un grupo de piratas irlandeses lo secuestraron a la edad de 16 años y se pasó los seis años siguientes como esclavo cuidando de rebaños de ovejas.

Slemish, en Irlanda, donde supuestamente Patricio sirvió como esclavo


Mientras estaba cautivo en el norte de Irlanda, Patricio aprendió los usos y costumbres de los irlandeses, y por supuesto el idioma. Finalmente logró escapar de sus captores para volver a Inglaterra, pero en el camino lo apresaron de nuevo, esta vez los franceses. Fue durante su cautiverio en Francia cuando se impregnó de la cultura monástica católica. Cuando lo liberaron y viajó por fin de vuelta a casa continuó con sus estudios religiosos. En algún momento, Patrick aseguró haber tenido una visión en la que Dios le encomendaba llevar el cristianismo al pueblo irlandés (en aquel entonces la mayor parte de los irlandeses eran paganos y seguían tradiciones religiosas propias de los pueblos célticos). De modo que Patricio regresó al lugar donde había sido esclavizado para llevar allí la palabra de Dios.

Huelga decir que, cuando llegó a Irlanda, ni él ni su palabra fueron bienvenidos. De hecho, tuvo que marcharse y decidió comenzar por algo menos ambicioso. Empezó a predicar en un grupo de islas de la costa y poco a poco se hizo con un grupo de seguidores. Desde ahí regresó a Irlanda con más fuerza y ya no dejó de predicar el Evangelio por la isla. Se dice que durante su vida pública bautizó a miles de personas (algunas fuentes hablan de más de 100.000). También ordenó sacerdotes y monjas, logró convertir a los hijos de los reyes de la isla y ayudó a la construcción de 300 iglesias. Qué simpático, ¿no? Pues para mí no lo es. Si bien es cierto que, mitológicamente hablando, Patricio es un héroe civilizador, hay algo de lo que hizo que no me gusta. Y es que combatió a sangre y fuego una cultura antiquísima y muy rica, la celta. Porque no sólo la combatió con la fuerza de la palabra, sino con la fuerza de las armas. En efecto, muchos seguidores de Patricio pasaron a cuchillo a aquellos irlandeses que se negaron a abandonar sus tradiciones, y se dice que el propio Patricio quemó y derribó numerosos templos, altares e ídolos de los druidas... algo bastante improbable ya que los celtas, y por extensión los druidas, no tenían ni templos, ni altares ni ídolos. Probablemente lo que hizo Patricio fue exterminarlos, como haría Roma de forma definitiva en el siglo VII. ¿Por qué sabemos que Patricio acabó con esta tradición céltica? Porque la leyenda dice que expulsó a todas las serpientes de Irlanda, pero en realidad, nunca hubo serpientes en Irlanda. Lo que Patricio expulsó de la isla fueron los cultos a las woivre, término que los celtas utilizaban para designar tanto a las serpientes como a lo que hoy llamamos "corrientes telúricas", sobre las que edificaban los altares. Patricio acabó en Irlanda con el culto a la Naturaleza e instauró por la fuerza su dogma cristiano. No, no fueron serpientes lo que echó de allí, pero quizá sí sea responsable de otro tipo de plaga: el trébol.

De acuerdo con el mito, la pequeña planta de tres hojas es hoy omnipresente en las celebraciones de San Patricio porque el santo lo usaba para explicar el concepto de la Trinidad. Se dice que los irlandeses veneraban a tres divinidades y tenían en muy alta consideración el número 3 como algo sagrado, así que Patrick pensó que usar el símbolo del trébol era una buena idea. Hoy en día a Patricius se le conoce como St. Patrick, pero en realidad no es ningún santo técnicamente hablando. La iglesia católica no lo ha canonizado como tal, pero eso no impide que se le venere en muchos lugares. Pero si no es un santo real, ¿por qué se le conmemora el 17 de marzo? ¿Por qué pensamos que un señor que no era irlandés y que luchó vehementemente contra los isleños que se oponían a él es el patrón de Irlanda? El día de San Patricio comenzó como una celebración religiosa en algún momento del siglo XVII, y comenzó a celebrarse precisamente para conmemorar la llegada del cristianismo a Irlanda - y sobre todo su cristianización -. La fecha era conocida como el Día del Festín (Feast Day) y se celebraba el 17 de marzo porque ese es el día en el que, según la tradición, Patricius falleció (17 de marzo del año 461).


Muy bien, pero ¿de dónde sale entonces todo el tema del beber? Bueno, dado que en el origen de esta celebración las prácticas religiosas eran bastante más estrictas que ahora, los 17 de marzo los católicos irlandeses se encontraban en plena época de Cuaresma. Recordemos que la Cuaresma son los 40 días previos a la Pascua cristiana que van desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Resurrección. Durante este período de cuarenta días muchos católicos realizan ayunos o restricciones en sus comidas, especialmente en lo referente a las bebidas alcohólicas. Sin embargo, se les permite romper ese ayuno durante las celebraciones del Día de San Patricio. Sin embargo, originalmente el Día de San Patricio o Feast Day permitía a los irlandeses disfrutar de un plato típico a base de col y bacon debido al levantamiento temporal de la Cuaresma, pero no tenía nada que ver con ponerse ciego a base de cerveza y whiskey. Es más, el Feast Day era una celebración católica familiar, y de hecho las tabernas solían cerrar por ley hasta bien entrado el siglo XX. Muchos irlandeses miraban con malos ojos la ingesta de alcohol en este día incluso en los años 70. La cosa cambió en los 80, cuando una campaña de publicidad de Budweiser asoció para siempre el Día de San Patricio con la ingesta salvaje de cerveza. El resto ya es historia, una historia empapada de alcohol que nadie parece recordar bien. En todo el mundo se consumen al día 5,5 millones de pintas de Guiness, pero durante el Día de San Patricio esa cantidad aumenta hasta los 13 millones. En realidad este día de fiesta se convirtió en fiesta un poco por casualidad. Originalmente era una festividad católica como cualquier otra, pero al caer en medio de la Cuaresma los festejos fueron poco a poco cobrando fuerza para escapar de los ayunos severos. Bono, el líder de U2, lo explicaba así en un programa de radio especial para el Día de San Patricio de hace tiempo:


"La verdad sobre la Cuaresma, como cualquier irlandés sabe, es

que durante el Día de San Patricio se suspende."


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